De acuerdo a Michael Ende, la tierra de Fantasía no tiene fin. Aunque tiene fronteras, que separan los distintos reinos. Permítanme presentarles éste.
Las aventuras de la Orden de los Metaviajeros transcurren en el planeta Tierra, básicamente el mismo que conocemos. No en el pasado, sino en el presente y futuro.
Pero esta es una Tierra donde la magia existe y no en forma soterrada u oculta: Todo está a plena vista, sin disfraces ni filtros. Tras la Caída de la Barrera, todo lo que conocemos como “fantasía” está ahí. Criaturas, antiguos seres considerados deidades, la capacidad de hacer cosas “imposibles” o “ilógicas”… Aquí no habrá guerras secretas ni ilusiones que dejen afuera “a la gente común”. Habrá que adaptarse… Y algunos están más preparados que otros para hacerlo.
Como miembro del fandom, siempre me pregunté justamente qué pasaría si de repente, en una catarata incontenible, todo eso que habitualmente vemos en comics, cine y literatura inundara la Tierra. Quiero ser positivo y pensar que, a la larga, será para mejor. Aunque siempre estarán aquellos que quieran abusar o usar mal las herramientas que se le dan –es parte de la naturaleza humana– también he elegido creer en todo lo positivo que nos ha hecho avanzar y crecer como especie: El valor, la solidaridad, la fe, la amistad y el sacrificio.
Personalmente, opino que parte de la ficción actual se ha vuelto “un poco depresiva”. Estoy de acuerdo en que los villanos son siempre muy astutos y capaces de mucho; en que nadie es perfecto; en que la mezquindad, la codicia y la miseria existen y que han tenido y tienen sus éxitos; en que la muerte también es parte de la vida y que algunos héroes se transforman en mártires. Simplemente, pienso que poner demasiado foco en eso es contraproducente. ¿Es realista? Muchas veces, sí. Pero no creo necesario que todo el tiempo me lo tiren por la cabeza.
He “visitado”, respeto y comprendo los futuros “distópicos” de 1984, Un Mundo Feliz, Fahrenheit 451, Judge Dredd, Blade Runner, Altered Carbon y tantos otros, al igual que las tierras bastante salvajes y despiadadas de Westeros y Essos, Krynn y los demás. Y no me gustaría vivir ahí.
Prefiero mirar hacia los futuros “positivos” como el del Star Trek de Roddenberry o reinos más “amistosos” como la Cuarta Edad de la Tierra Media. Ojo, dije “positivos”, no “utópicos”. Los problemas siempre van a estar ahí. Pero elijo creer que también los dispuestos a enfrentarlos y solucionarlos. Y si existen un Sauron, Darkseid o Thanos, también habrá un Gandalf, una Liga de la Justicia o un grupo de Vengadores dispuestos a pararle los pies…o un Doctor lo suficientemente astuto para estar varios pasos por delante de los villanos aunque no lo parezca.
El universo de los Metaviajeros toma mucho de todo eso. Sus habitantes van a tener que enfrentar (y habituarse a) muchas cosas extrañas: Algunas malas y feas, pero otras muy buenas, que hacen que valga la pena el sacrificio. En un intento de ecuanimidad, trato de presentar siempre las dos caras de la moneda: Las mismas herramientas pueden usarse para el bien o para el mal, según quien y como elija usarlas. No hay absolutos. No todos los elfos son buenos ni todos los orcos malos. Y la muerte es un personaje demasiado serio y complejo como para jugar demasiado con ella, aunque siempre estará presente.
Prepárense: Algunas cosas son lo que parecen y otras no. Y no todo ni todos son como los pintaban las viejas creencias. Este es un mundo a la vez viejo y nuevo, a la vez conocido y distinto.
Y, por favor, querido visitante, no te confundas: Esto no es una expresión religiosa ni un manifiesto político. Es solo otra historia para entretener, para permitirnos seguir el gran viaje. Espero que la disfrutes y vuelvas en el futuro, porque hay mucho más que ver.
Una vez más, bienvenido al universo de la Orden de los Metaviajeros.
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